miércoles, 18 de mayo de 2011

Don Chico y el Cártel de Texis

El fotoperiodista Francisco Campos, don Chico, es todo un referente en El Salvador cuando se habla de fotografía, pero también lo es en las calles del Centro Histórico de San Salvador. Cuando uno lo acompaña se da cuenta de que las vendedoras lo saludan con respeto, lo detienen, lo interrogan. En una ocasión me dijo que él puede dejar su carro en casi cualquier calle que, siempre que haya alguna venta cerca, está convencido de que no se lo abrirán. Me consta que no es alardeo.

Pero ahora, mediodía de este martes insípido, don Chico camina y lo hace solo. Carga su camarita, como siempre. Al pasar frente al Palacio Nacional, un señor lo ha mirado unos segundos, hasta que se ha atrevido a hablarle.

―Hey, señor, está vergón lo que publicaron…
―¿El qué? –pregunta don Chico, un tanto desubicado.
―Eso de los diputados narcos…
―¿Y eso?
―Mire, yo no he podido leer esa onda del Cártel de Texis, pero me lo han contado…

Justo en ese momento don Chico cae en la cuenta de que ese día casualmente lleva puesta la camisola que Carlos Dada le regaló el año pasado, con el logo pequeño pero visible del periódico digital El Faro en el pecho. La conversación prácticamente ahí queda, pero don Chico se va con una rara sensación y con un pensamiento fijo: este maistro no lo ha leído, pero está en la jugada, ¿cuántos así?

En la tarde, cuando se siente frente a su computadora, seguirá dándole vueltas, y todo se lo chateará a su amigo Roberto.


Fotografía: Gabriel Labrador


1 comentario:

  1. El actor ausente aquí, es como siempre la Fiscalía, que convenientemente desaparece los archivos que el Fiscal General no quiere investigar. Mire lo que pasó con el caso de Acosta Oertel, el 'verguiador' de mujeres, matón certificado y fiel lugarteniente de su héroe e ídolo, San Roberto D'Aubuisson. Y luego está el caso del "laureado periodista" quien ha pedido mano ultra-dura y pena de muerte para los maleantes, siempre y cuando no resulte ser que el malviviente sea su propio hijo. !Ah no! ahí lo que hay es una conspiración en la que están involucrados varios gobiernos y funcionarios. !Qué bonito este discurso de triple moral! ¿No creen?

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